miércoles, 9 de diciembre de 2009

Escenitas









Nadie necesita que le digan lo rica que es una buena tirada. Sea un encuentro casual, sea el encuentro entre dos que se aman, sea la vieja chispa de dos o más que se dedican un rato a averiguar si todavía existe lo que los unió.
Ese resbalar sin prejuicios entre los pliegues del hombre que nos gusta, aunque sepamos que nunca más volveremos a verlo, es uno de los grandes momentos del día. Esa decisión, no siempre fácil, de unirnos a dos que ya se conocen o dejarnos llevar por la corriente, sin frenos, de un grupo de hombres dispuestos a lo que mejor saben hacer. Ese momento en que ponemos nuestro amor a valer.
Algunas veces lo esperamos, algunas veces lo buscamos, algunas veces sencillamente ocurre y nos agarra de sorpresa; realmente no creo que tengamos valor para decir que no. Simplemente lo hacemos, y es tan placentero que bien puede cambiarnos totalmente el ánimo. Combate el cansancio, abre la mente y deja el cerebro limpio para entender todo lo que nos cuesta entender, que es mucho.
Ciertamente, nadie necesita que le digan lo rica que es una buena tirada…

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