lunes, 30 de noviembre de 2009

Segundo lugar: Latinos









Esto si que no me sorprendió mucho, tal vez la sorpresa estriba en que no hayan obtenido el primer lugar; de todos modos estuvo ahí-ahí, ustedes escogieron los mestizos como favoritos y, realmente, Latinoamérica es la tierra del mestizaje. De modo que casi ganamos. Cosa que me encanta porque yo no me canso de publicar fotografías de hombres latinos y de alabarlos. Será por defecto; a pesar de ser latino, no tengo nada de lo que se espera encontrar en un hombre latino.
¿Y qué se espera encontrar en un hombre latino? Es una pregunta difícil de responder; los latinos, sobre todo en su temprana madurez, están verdaderamente buenos casi todos y, como afortunadamente, la moda de ejercitarse pega fuerte por estas latitudes, la mayoría anda por ahí con unos cuerpos que son una delicia. Pero además, tienen color, sabor, desfachatez, seguridad, atrevimiento y aunque a veces molesta un poco, casi siempre se creen “los reyes del mambo”…razones no les faltan.
Un honroso segundo lugar que homenajeo con algunas buenas fotos, casi todas tomadas de latinboyz.com, la mejor página para morbosear la latinidad que hay en la Web y a la que le agradezco enormemente su trabajo.
Ya está publicada la nueva encuesta, espero tus opiniones sobre ese tema tan rico…

domingo, 29 de noviembre de 2009

Los favoritos: Mestizos











De nuevo, mis lectores han opinado sobre hombres…y otra vez me he quedado completamente sorprendido. Una mayoría (37%) de los que han respondido a mi segunda encuesta, opinan que su tipo de hombre preferido es el mestizo. Es decir, esa raza portentosa de hombres cuyo fenotipo está dado por mezclas de razas “más puras”. Es por cierto, un espectro bastante grande. Casi todos los latinos lo son, por ejemplo; pero también los orientales producen un mestizaje muy atractivo y ciertos países de Europa han empezado a abrir sus puertas a forasteros, y están produciendo espécimenes de muy buen ver.
Tengo que darle la razón a mis amigos votantes; los mestizos tienen una belleza muy particular que los hace más apetecibles: pieles doradas, cabellos resistentes y brillantes, cierta facilidad para desarrollar cuerpos musculosos, ojos pardos o incluso claros, y el gen predominantemente oscuro asomando en la entrepierna
Un honroso segundo lugar lo llevan los latinos, (25%) que son tan mestizos como el que más, ya lo he dicho antes. En esta oportunidad, sin embargo, vamos a darle el premio a la raza que lo ha ganado en buena lid. Habrá una segunda entrega dedicada, nuevamente, a los hombres latinos. Hoy, homenajeamos a los mestizos del mundo.
De nuevo, mil gracias por haber participado en esta encuesta. Mañana publicaré la siguiente.

Machos para un domingo aburrido

No siempre son buenos los domingos; algunas veces necesitamos un poco de estimulo para disfrutarlos realmente. Recibir algo como esto, uno de ellos nada más, sería una verdadera alegría en un domingo aburrido, como hoy...







Extraña petición









Tocó el timbre cuando yo estaba saliendo de la ducha; me puse una bata y salí a ver quien era: Un muchacho absolutamente normal, de esos que no despiertan ni una mirada de caridad. Vestía la emblemática camiseta roja de estos tiempos y tenia en la mano una tabla de las que usan los encuestadores. Me resistí, no me gustan las encuestas de los rojos. El tipo saludó amablemente y me pidió unos minutos para responder algunas preguntas acerca de un proyecto que intentan emprender en mi calle. No fue su amabilidad lo que me hizo abrirle la puerta, fue una cierta mirada de premio que descubrí en un segundo fugaz. Lo hice pasar y le pedí que se sentara. Me senté enfrente vistiendo, solo, la bata de baño.
Una vez contestadas las preguntas, me pidió agua. Se la traje; entonces hubo un silencio raro y un cruce conocido de miradas. Sentí que el tipo quería algo más, pero no se atrevía a pedirlo. Me levanté y le dije:
- ¿Quieres algo más?Me sonrió. Me miró de nuevo y contestó
- Si, pero no te vayas a arrechar pana
- Tranquilo, suéltalo...
Casi en un susurro, contestó
- Te quiero comer el culito…Esta vez el silencio fue mío; no entendí lo que “comer el culito” significaba para él. Pero, decidí averiguar.
Lo pasé a mi habitación y me quité la bata; el se bajo el pantalón rápidamente mostrando una potente erección en un pene que no tenia nada de particular. Un poco grueso tal vez, pero nada más. Me acerqué a agarrarlo, me detuvo diciéndome:
- No me lo agarres, voltéate, te voy a dar lenguaMe acosté boca abajo, esperando su próximo movimiento.
El hombre empezó por acariciarme las nalgas, luego mojó con saliva su dedo y me lo metió poco a poco, mientras terminaba de quitarse la ropa. De pronto, enterró su cabeza entre mis nalgas y comenzó la más sabrosa mamada de culo que me han hecho en años. El tipo metía la lengua profundamente, relamía en círculos todo el borde del orificio y volvía una y otra vez a chupar, de todas las maneras posibles, un culo que estaba esperándolo ansioso. Se resistía a entrar, aunque yo se lo pedía suplicante. No lo hizo. Se dedicó a complacerme solo con su lengua. La metía y la dejaba dentro unos segundos, para arrancar después una nueva sesión de movimientos rápidos dentro de mi túnel. Movía la lengua como una culebrita a pilas. Yo gritaba de gusto y eso lo encendía. En un momento me volteó, abrió mis piernas, y se instaló a mover su lengua con más fuerza y deleite. Agarró mi guevo, duro como un hierro, y empezó a masturbarme, me lo soltó diciéndome:
- Pajéate pana, vamos a acabarSin retirar la lengua, empezó a darse riquísimo. En segundos, potentes chorros de leche de los dos anunciaron el final.
Se acostó a mi lado y, como si necesitara una disculpa, me dijo
- Pana, no sabes cuanto me gusta pajearme cuando me mamo un culito de hombre. Es lo único que hago con un macho.Sonreí; realmente él no sabia que yo me había dado cuenta de eso hacia rato.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Pedazos








Pedazos de piel, de cuerpos, de machos...pedazos que no necesitan mayores palabras. Vamos a dejar trabajar la imaginación, hagamos una historia de anónimos. Juntemos estas piezas....

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Juan Carlos García










La palabra que mejor lo define es BELLO. Bello, bello, bello. Es increíble que un hombre almacene para si mismo tanta belleza. Juan Carlos García lo hace y lo hace sin extravagancias, sin escándalos, sin presunción, sin echonería. Vive su belleza como uno de esos designios gratos contra los que no hay preguntas ni reservas.
Después de eso, también se puede decir otro montón de cosas acerca de este maravilloso ejemplar de hombre venezolano que, sin duda alguna, es el actor de moda de la televisión local y a quien veremos muy pronto en pantalla internacional. Y es que además de belleza, el tipo tiene talento para aquello de desdoblarse y convertirse en otro.
Con apenas 30 y pico de años, con un cuerpo que no necesita mayores elogios porque se desparrama solito y con esa perfecta sonrisa de niño bueno, Juan Carlos se las trae. Además, ha declarado en muchas oportunidades que está consciente de que una buena parte de su éxito se lo debe al numeroso grupo de fanáticos homosexuales que lo siguen. Aunque se declare hetero irremediable, parece que al muchacho no le importa para nada que lo admiremos y lo queramos convertir. Cosa que lamentablemente, parece imposible.
Juan Carlos García… con dos así cerca de uno, el mundo sería un lugar perfecto.