lunes, 25 de julio de 2011

El Leñador

Entre tres, mejor

El elogio del trio: algo que ustedes me han leído varias veces ya. No puedo evitarlo, sobre todo en estos días de cierta soledad aventurera, pero es mi manera favorita de vivir cosas que no me dejan ningún compromiso y mucho placer. Todos lo hacemos, así que...nada, hay que vivir un trio y descubrir lo que eso tiene de excelente.

Pudorosos

Los hay, aquellos que deciden no mostrarlo todo, sino a quien se lo vaya a comer, que son pocos y escogidos. Se dejan llevar por cierto pudor "propagandistico" pues está dicho que el que menos quiere mostrar, es el que más quiere que se lo vean; ponen sus manos allí y nos esconden el tesoro, seguro que por poco rato. Para algo sabemos nosotros como hacer que esas manos se muevan y empiecen a toquetear otros paquetes...

A la boca, por favor...

Culitos ricos...

Nada es absoluto, sobre todo en estas lides del sexo gay. Algunos, que nos llamamos pasivos casi al 100% nos dejamos deslumbrar por nalgas bien formadas y apetecibles, y de pronto nos vemos enculandolas con el mayor de los placeres. Sucede lo contrario también, (lo sé por experiencia) hombres que jurarían ante un tribunal que no le darían el suyo a nadie, de pronto un día, movidos tal vez por curiosidad o cualquier otra razón misteriosa, deciden darse la vuelta y lo gozan como nadie. Es lo bueno que tiene vivir como vivimos algunos; sin mayores etiquetas y sin tanta seguridad irrevocable de que hacemos sólo una cosa, sobre todo si lo que conseguimos son culitos así de sabrosos...

Caras lindas

PIntados

Nunca he logrado entender la fascinación de la gente con los tatuajes. Pintarse el cuerpo de esa manera tan definitiva me parece una moda que cuando acabe, (porque todo acaba) va a dejar cientos de hombres a las puertas de la desesperación; hacerse un tatuaje significa comprometer el cuerpo a llevar una marca por toda la vida, pues aunque pueden borrarse, hay cicatrices físicas que no desaparecen jamás. Es una pena, aunque claro, hay hombres a quienes no es que les quede bien el decorado, es que están tan rebuenos que uno simplemente mira para otro lado...