miércoles, 20 de enero de 2010

Tatuados

Tengo que confesarlo y pedir disculpas por este pequeño error involuntario de mi personalidad: Realmente, no me gustan los tatuajes. No puedo soportar esa sensación de permanencia irrenunciable, de eternidad incuestionable que conlleva la exhibición de un tatuaje. Simplemente me parece que es demasiado "para siempre" y me da mucha angustia. Tampoco me fascinan los hombres tatuados; es decir, no es un tatuaje lo que hace que me fije en un tipo. Pero entiendo, a la luz de machazos como estos, que un tatuaje sea un accesorio sin importancia...francamente!!









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