sábado, 9 de enero de 2010

Autosatisfacción

Tyler, armado como está, de semejante palomón, no tiene mayores problemas a la hora de matar las ganas de una buena mamada; se la da él mismo y punto. De ese modo experimenta doblemente el placer de ser el que da y el que recibe. Cosa que me parece prodigiosa. Si mamar es una delicia, ser mamado no es menos satisfactorio; poder, ser uno mismo el que resuelve ese asunto, es realmente maravilloso. Por supuesto que yo lo he intentado, sobre todo cuando era más joven, pero lo único que conseguía era pasar la lengua por la cabecita muy rápido. Voy a ver si aprendo de Tyler, aunque creo que no podría, lo primero que se necesita es un machete como el suyo y en ese departamento, yo no presumo.



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