viernes, 11 de marzo de 2011

El chico de al lado

Compré el apartamento en que vivo hace diez años. Fue una compra ventajosa gracias a la liquidación de la herencia recibida por unos clientes, y a que era el sitio en que siempre había querido vivir. Una zona bastante tranquila, pero en medio de la ciudad y con acceso a todo. Además siempre tuvo un ingrediente de placer adicional que es maravilloso: Mi vecindario está, literalmente, lleno de "guys next door", esa frase tan gringa y tan buena, que define a los hombres que son guapos porque si y nunca pasan desapercibidos. Siendo un vecindario clase media alta, aquí abundan los solteros, los que alguna vez fueron yuppies y los francamente bellos. También los hay casados jóvenes, con preciosas familias empezando a formarse y más de un gay. A pesar que han habido cambios, (pocos, por suerte) sigo siendo uno de los más felices habitantes de esta urbanización prodigiosamente llena de oportunidades de todo tipo. Algunas las he compartido con ustedes.



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