martes, 4 de octubre de 2011

El arte de complacer un culito

Hay cosas que hacer bien: cosas que demuestran lo duchos que somos en el arte de amar. Preparar un culito, para embestirlo sin que el asunto resulte traumático (cosa que puede pasar, desafortunadamente) es una tarea en la que pocos hombres se esmeran, sobre todo en nuestras latitudes. Pues bien, no es llegar y meterlo....es hacernos sentir que quieren estar allí para que el placer sea de los dos y eso se logra con otras herramientas tan a la mano como ese machete hirviendo y duro que queremos recibir. Una buena sesión de caricias, un poco de juego con los dedos y la lengua recorriendo el orificio con fruición, hace milagros; creánmelo, convence hasta al activo más difícil....

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