Algunas veces, el cuerpo de un hombre es suficiente elemento para llenar un lienzo; pero, otras, ese mismo cuerpo perfecto se embellece sirviendo de lienzo. El resultado, siempre grato a la vista, cuando se hace con cuidado e inteligencia, es una obra de arte cuyo mejor recurso es que puede ser disfrutada de primera mano y como queramos.

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