miércoles, 9 de febrero de 2011

Fetiche: Pies

Una vez, mientras hacía la fila para entrar al cine, en un caluroso día de verano en New York, estaba delante de mí un tipo, nada espectacular, calzado con unas simples chancletas. Tenía los pies más bonitos que he visto en siglos y me costaba trabajo quitar mis ojos de ahí. Él lo notó y lejos de molestarse, hizo todo lo posible por agradarme los ojos. En algún momento después, nuestros ojos se encontraron y, subyugado por esos pies tan bien formados, terminé metido en su cama. Desde entonces se muy bien que, los pies de un hombre, son un detonante estupendo de ricas fantasías. Menos mal que cada día es más posible verlos....


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