lunes, 5 de julio de 2010

Taxi!!!

Era domingo y hacía un calor tremendo. Cansado de estar en casa perdiendo el tiempo y con la mala intención pintada en la cara, salí a dar una vuelta para ver si pasaba algo interesante. Caminé unas cuantas cuadras para acercarme al centro comercial de la urbanización, y al llegar encontré un lugar bastante desierto y aburrido. Salí de allí y empecé a caminar por la avenida. Tenía un rato caminando cuando pensé que lo mejor era irme a un sauna, pero no había llevado mi auto. Me dispuse a tomar un taxi y evitarme el trauma del estacionamiento y todo lo demás. Me paré en la esquina a esperar uno, dejé pasar varios hasta que vi un conductor que me gustó. Le hice la señal de costumbre y se detuvo de inmediato. Cuando entré a su auto, me di cuenta que era mucho mejor de lo que había visto por fuera. Delgado, blanco, con un delicioso cuerpo y unas piernas preciosas. Vestía un short y una camiseta blanca y estaba descalzo. Eso me pareció inusual y se lo comenté, sin dejar de mirar sus bien formados pies. Me dijo que había mucho calor y que en esos días así, el no se ponía sino "la ropa de afuera" y de vaina...

El comentario me llenó de curiosidad. Sonreí y le pregunté que cómo era eso...riéndose me dijo que la ropa interior era "muy ladilla" para estar en un carro manejando todo el día. Entonces le pregunté si tampoco llevaba calzoncillos. Se río, me miró, se agarró el paquete y me dijo :
- Noop...rueda libre...pana..
Se me hizo la boca agua. Le dije a donde quería ir, explicándole la dirección con lujo de detalles. El me contestó:
- Ahhh...ya se...el sauna gay... a que vas tu pa'lla?
- Pues, a quitarme la ropa en un lugar donde se pueda...
El conductor volvió a reirse y se metió la mano en el paquete, por dentro del pantalón.
- Y por qué no te la quitas aquí, me dijo
- Aquí me parece arriesgado
- No vale, mira como no hay rollo..
En un segundo se había bajado el pantalón hasta más abajo de las rodillas sin descuidar por un instante el volante.
Lo que vi me puso maluco: un guevo lleno de venas, como de unos 19 cms. de largo y muy grueso, con una hermosa cabeza rosada fuerte, que sobresalía de la piel que lo envolvía; rodeado de una frondosa mata de vellos castaños y en proceso de erección. Un guevo que estaba empezando a reclamar atención. Lo mire por unos segundos.
Sin tocarse, ni descuidar el volante, el tipo me dijo que me pasara para atrás y me desvistiera mientras el buscaba un sitio seguro donde estar. Sin que yo pudiera decir nada, se metió por unas calles medio intrincadas de mi vecindario, subió a una calle bastante tranquila y encontró un espacio seguro para estacionarse.
Mientras tanto yo había logrado llegar hasta el asiento de atrás y quitarme el pantalón y los zapatos. Cuando lo miré otra vez, él estaba completamente desnudo y su guevo casi reventaba de duro. Se pasó para atrás e inmediatamente me lo metió en la boca sin decir nada. Sosteniendose como podía entre los asientos, bombeaba el guevote dentro de mi boca mientras buscaba la manera de meter sus dedos en mi culo. Me puso encima de sus piernas y comenzó a darle a mi boca todo el placer de ese guevote inmenso que me costaba tragar completo. Entonces, muy excitado, empezó a cogerme con sus dedos. Primero metió uno y cuando vio que ese se abría camino sin dificultad, empezó a meter el segundo y luego un tercero. Entre tanto, yo mamaba como loco ese riquísimo pedazo de carne. Ninguno de los dos decía nada. Él sólo pensaba en meterme los dedos con furia y darme palmaditas en las nalgas con la mano libre, y yo sólo me dedicaba a mamar ese guevazo con todo el gusto posible.
De pronto, se arqueó casi al completo, empujo su machete hirviendo, lo más dentro de mi boca hasta provocarme arcadas y empezó a botar su leche por borbotones. Tenía un agradable sabor dulzón que hizo que me la tragara rápidamente. Su guevo seguía tan duro como al principio. Por el inmenso calor, los dos sudábamos enormemente. Entonces, me sacó los dedos que me había metido por el culo con mucha fuerza, me volteó y me agarró el guevo. Sólo necesitó sacudirlo un poquito; yo acabé de inmediato sobre su estómago. El conductor se limpió con la mano, y luego chupo con gusto mi semen desde su mano. Se incorporó como pudo y me volvió a meter el guevo en la boca para que "por favor, se lo limpiara".
Lo hice encantado. Él recogió el short y la camiseta, se vistió y se salió del auto. Yo hice lo mismo. Cuando los dos estabamos afuera, él me invitó a sentarme para "hablar un rato" a la sombra de un gran árbol. Estuvimos como dos horas hablando de cualquier cosa y entonces lo invité a mi casa, donde volvimos a tener un sesión de sexo feroz que, sin embargo, no superó el encuentro previo en una calle ciega de la ciudad.

3 comentarios:

  1. no puedo con tus historias...ya estoy que reviento...gracias por ponermelo duuro ...ya me voy a descargar pensando en esta historia...

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  2. hola buen dia me llamo victor jose gil mi cedula de identidad numero 582.011 mi edad 18 años mi rol versatil serio discreto estudio universitario vivo con mi madre que es hipertensa y otras patologias medicas y mi padre de crianza murio hace meses de parkinson vivo en venezuela y la situacion esta complicada en mi pais y mi mama es pensionada tiene 56 años y no le alcanza para su tratamiento medico y hay dias que no tenemos para comer mi padre de crianza era de gran apoyo el que quiera darme una ayuda aqui mis datos bancario: bancaribe cuenta de ahorro numero:0114-0540-10-5401413296 si me puedes transferir victor jose gil cedula de identidad 582.011 correo:victor_gil1934@outlook.com disculpe la molestia generada

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