miércoles, 2 de junio de 2010

Vaqueritos...

Es una de las tantas fantasías "con equivalente"...seguramente la importamos pues, que yo recuerde, aquí nunca nos ocupamos de ponerle otro nombre al hombre de campo, que no fuera campesino. Por suerte, desde hace varios años, los graduamos de vaqueros y con eso, parece que descubrimos lo rico que están, lo rico que huelen, lo rico que se siente dejarse hacer lo que ellos quieran, con su rudeza y con su deseo...siempre animal. Siempre inolvidable.





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