jueves, 10 de junio de 2010

De pelo en pecho


Nada como el calorcito extra que nos dan esos pelitos regados por todo el cuerpo. Esa sensación inolvidable de masculinidad, de machura, de hombre que no le importa mostrar todo lo que tiene, aunque la moda sea otra. Nada como los olores que se mezclan en los vellos, los sentidos que se despiertan en el césped que los cubre, la salvaje invitación a meter dedos y lengua entre sus pelos y encontrar más y más placer, en la certeza de que esta vez, un hombre de verdad vino a hacernos compañía.








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