Meter la mano debajo del short para encontrar la bestia dormida y despertarlo lentamente, o tener la dicha de ver como busca la salida naturalmente de ese encierro molesto, es una de las loterías a las que se expone un voyeurista. Mmmm....como se disfruta!!!

Que delicia de guindas, super excitantes, me fascina ver un hombre mal sentado dando guinda, que ricoooo.
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