sábado, 21 de agosto de 2010

Autosatisfacción

Mi condición básica de vouyeurista se exalta cuando tengo el chance de conseguirme a un tipo pajeandose; casi nunca me meto en eso, a menos que sea invitado (entonces acudo presuroso) porque creo que verdaderamente se trata de un momento íntimo en el que no caben segundos. Pero como mirar es libre, como me lo gozo. Casi siempre termino haciéndolo también yo, en mi propia intimidad y son los pajazos que más disfruto. Ver a un hombre jugueteando con su güevo es una de las vainas que más me calientan, menos mal que hay Internet, cámaras y gente que se atreve a hacerlo más o menos público...



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