Tal vez sea, como dice un amigo mio, un producto más de mi mente cochambrosa, pero no puedo evitarlo; cada vez que ando de paseo por la montaña o la playa, y veo a un grupo de muchachos que se pierden entre la maleza o se van, juntos, a un lugar alejado de la muchedumbre habitual de los sitios, no puedo dejar de excitarme pensando en los momentos ricos que están a punto de disfrutar. Y cuando digo ricos, me refiero exactamente a los que se gozan sin ropa y con los machetes bien parados... Será que más de una vez los he seguido discretamente y he terminado uniéndome al despelote y echando más de un lechazo, entre amigos de excursión....
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