martes, 13 de abril de 2010

Pechitos...

Cada rincón del cuerpo de un hombre tiene un encanto; pero, pocos se igualan a la sensación de protección y apoyo que brinda un torso bien formado, sobre todo si ese torso se adorna con la suficiente cantidad de vellos para acolcharnos. Aun los más desapegados, los menos románticos, los más independientes, sabemos que alguna vez, reposar la cabeza en un pechito masculino bien armado, es una experiencia digna de recordarse.








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