Tenemos mil razones para justificar lo que somos, pero siempre pienso que realmente, al menos en mi caso particular, todo lo que pasa con mi vida más íntima es que soy, francamente, un FANÁTICO del guevo. De cualquier forma que lo llamemos, con cualquier nombre que le pongamos; tengo la irresistible urgencia siempre de admirar y gozar la entrepierna de un hombre. A veces, ni siquiera me importa lo demás. Claro que agradezco y disfruto muchisimo si además de un buen bicho, el tipo tiene características especiales (delgado, moreno, peludo, simpático) pero en realidad, lo digo y lo digo mil veces y no me importa lo que piensen los demás: Me encanta un guevo...no tengo otra excusa...ho
Jajaja que bien estan buenisimos.tus huevos....
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