Esos sitios ocultos....

 

Pasamos de las habitaciones a los baños, y no siempre en el orden en que usualmente se acostumbra. Es decir, no nos levantamos de la cama para ir correctamente a la ducha. Nos salimos del dormitorio para pescar algún machito deseoso en cualquiera de esos baños públicos que existen en todas las ciudades, pues, por suerte, somos los más dispuestos a meternos mano y todo lo que viene después, tras esas puertas ocultas, que sirven para esconder todo el morbo de lo privado y el anonimato de alguien que uno no termina de saber quien es, pero está allí para lo que nosotros deseamos...