miércoles, 27 de octubre de 2010

Pelitos

Que vaina tan buena: revolcarse hasta la saciedad en los pelos de un macho, lamer un pecho velludo, mamar un guevote que esté lleno de pelos. Disfrutar de lo mejor que un hombre tiene: su naturaleza ruda y masculina, nunca mejor expresada que en esos cuerpotes velludos y fuertes...





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