domingo, 10 de octubre de 2010

Listos para la guerra

No les hace falta nada más, tal vez una pasadita de lengua para que aflore, aun más, el deseo de ser penetrados y un poquito de crema para hacer fácil la momentánea incomodidad de la primera embestida. Todo lo demás será un goce profundo, un viaje al placer enorme de recibir, un lento y sabroso abrir paso a la otra cara del disfrute.





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