Llegará el día, quizás muy pronto, en que los hombres que se atrevan a dejarse sus pelos en donde tienen que estar, sean acusados de algún crimen pavoroso...por lo pronto, hay que aprovecharse de los últimos peludos que queden por allí y revolcarse, casi en secreto, con esas bestias peludas que hacen verdadero aquello que siempre decimos: Donde hay pelos, hay felicidad...!!!
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