Sigue mi cámara viajera descubriendo a los machos que me alegraron el ojo en mis vacaciones. Estos los "atrapé" en mi siguiente parada. De Croacia, pegué un brinquito a Sarajevo, un lugar que siempre me había interesado conocer y que pertenece a los lugares a los que uno va una sola vez en la vida. Aun las heridas de la guerra están muy recientes, y la ciudad muestra demasiada tristeza. Además, casi todo el tiempo hubo frio, que para mi, era mucho frio; pero para ellos, acostumbrados como deben estar, eran temperaturas propias del verano; de todos modos, hay cosas lindas para ver y hombres muy guapos, en un estilo muy rupestre. No tienen la elegancia ni el encanto de sus vecinos, pero son como machorros medio dejados....muy interesante...
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