La imaginación es una herramienta que sirve para todo y cuando la ponemos al servicio de nuestros placeres, nos da montones de razones para calentarnos con sólo un pequeño estimulo. Es lo que sucede con los fetiches corporales. Todos tenemos alguno en especial, como las axilas, por ejemplo, ese espacio maravilloso del cuerpo de un hombre donde se guarda su esencia más íntima, sus olores, el rastro del día que ha tenido antes de llegar a nuestra cama, el espejo mismo de su machura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario