lunes, 22 de febrero de 2010

Autos y hombres...





Se ha dicho mucho, que nada representa más a un hombre que su automóvil; Freud le asignaba valores fálicos. La siquiatría moderna sostiene que un hombre trata a su auto con el mismo esmero con el que trata su pene, porque lo representa. Es la prueba de su poderío, el arma con el que luce sus encantos y se presenta, tanto como si se tratara de la cola del pavo real. Algunos, a falta de mejores cosas que exhibir, optan sencillamente por exhibirse en sus lujosos autos y desafían al mundo en ellos. No estoy ni a favor ni en contra de ninguna de esas teorías; pero, una cosa puedo compartir: la mayoría de las veces, lo peor que uno puede hacer es agredir el carro de un hombre, es casi como agredirles su intimidad más preciada....por algo será!!!

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