No está de más que, en estos días terribles de invierno, (ni tan terribles, pero es que tanto frio, lo pone loco a uno) refresca el ojo verlos a ellos, a quienes nada les altera el sueño porque tienen todo lo que siempre quisieron tener, exhibiendo sus cuerpazos en la playa - que no es cualquier playa, sino algún destino exótico - y dejándonos a nosotros con ganas de convertirnos, por lo menos en arena para que se revuelquen con uno y no con quien de verdad se revuelcan, que jamás realmente es importante...
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