Difícilmente exista otra manera de ser norteamericano que sea mas sexy; el vaquero es el epítome del macho y es la fantasía más recurrente de la mayoría de nosotros en el mundo entero. La mezcla de hombre, sudor y caballo y el recuerdo de las inmensas trancas que exhiben estos últimos, es el mejor aliciente para esa fantasía, creo yo. De cualquier manera, y después de haber tenido la suerte inmensa de haber recibido mis buenos revolcones en un establo, creo que de tenerlos enfrente, no podríamos decirle que no a ninguno de estos especímenes....:
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