Trátese de la cara del hombre más poderoso de la tierra, (que yo encuentro irresistiblemente sexy) o del rostro principesco de quien apunta sus primeros pasos en la vida pública. Trátese de simples desconocidos, o de personajes de farándula; la cara es el espejo del alma. Tal vez no sea fácil deducir pensamientos o manías sólo con ver sus rostros. Lo que si es posible, y lo sé, es descubrir esencias: Los rostros no mienten. Por eso me encantan...






¡Cuánta razón tienes! Toda nuestra esencia la llevamos dibujada en la cara. Un saludo muy cariñoso, Maurice
ResponderEliminar