Con esa carita de de listo, esta maravilla de morenazo no necesita otro nombre, se hace llamar Nyo y anda por ahí mostrando, sin pudor y con orgullo, todo lo que Dios le dio, especialmente lo qu puso entre sus piernas. Increible pensar que a alguien en este mundo no le fascine algo así...bienvenido a mi museo, Nyo, eres pieza de valor...
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