sábado, 4 de enero de 2014

Provócame asi...anda...

 
Me cruce con él en un centro comercial y, por puro instinto, miré directamente a su abultado paquete. Enseguida, él, al darse cuenta de mi indiscreción, metió una mano por dentro del pantalón, se agarró lo que parecía un muy buen artefacto, sacó la mano y la llevó a la nariz...todo sin quitarme los ojos de encima. Ni que decir que las oleadas de excitación casi me causan un desmayo allí mismo. Lo seguí hasta el baño. Él repitió el gesto, pero con un poco más de morbo, mientras un hombre que estaba en el orinal nos dejaba solos; entonces, sin decir ni una palabra, se metió en un reservado, dejó la puerta entreabierta, se sacó el machete a medio parar y se subió la camiseta, para empezar a darse pequeños toquecitos en los pezones. Creo que menos de un segundo después, yo me estaba dando banquete con esa pinga durísima metida dentro de mi boca.
Eso es lo que pasa cuando los hombres andan por ahí, provocándolo a uno....




 

 

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