miércoles, 14 de marzo de 2012

Placer irrenunciable

Quizás haya muy pocas cosas que se le compare: el irrenunciable placer de meterse un buen guevo en la boca, saborearlo, sentirlo, apreciar cada milimetro de su carne dura, conocer su olor, su gusto...gozarlo; definitivamente, no hay cosa que se le compare al irrenunciable placer de mamarse un buen machete...

No hay comentarios:

Publicar un comentario