No me digan, ni por casualidad, que todos ustedes, queridos lectores no han soñado mas de una vez con un masajito como este que el buen Cameron ha logrado disfrutarse. Es doblemente placentero: alguien (que está buenísimo) se ocupa de estrujarte el cuerpo, cosa que no le viene mal a nadie y además, te pone todo en bandeja para que las cosas terminen de lo más bien. De lo más bien quiere decir eso, exactamente; con parazón de machete y todos los añadidos...
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