jueves, 17 de noviembre de 2011

Roshua

Me temo que ante un macho con todos los atributos de Roshua, muy pocos de nosotros podemos permanecer impasibles. Sólo de imaginar ser apretado por esos brazos robustos, a medida que me va enrollando junto a su cintura estrecha y me obliga sutilmente a chupar con ganas sus pezones, discretamente escondidos en sendos pechos; y va bajando mi mano para hacerme descubrir, sin apuros, el delicioso chocolate que despierta entre sus piernas, y me brinda el grosor, la largura exacta, el placer que se anticipa a sus profundas y bien resueltas embestidas....Definitivamente, no es posible dejar de soñar, si el que está en los sueños de uno es un negrazo como este...

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