Cada vez que viajo, una de mis mayores diversiones consiste en "cazar" hombres con mi cámara fotográfica (a algunos también los cazo usando mi bien amaestradas manos y lengua, pero eso es otro cuento) hombres de la calle a los que nunca llego a conocer realmente, ni siquiera por un segundo, pero a los que concedo la posibilidad de convertirse en personajes de mis mariconerías. El único requisito: que sean, de algún modo, machos atractivos. Se diferencian del resto de los hombres que han llegado a este blog (más de 10 mil) porque no son modelos, no saben que han posado para mi cámara - básicamente porque no han posado - y mucho menos suponen su estadía aquí. Nunca me ha sucedido que alguno se reconozca y me reclame el atrevimiento, si alguna vez sucediera retiraría de inmediato la foto; pero, mientras eso pasa, los dejo aquí para que usted disfrute la visión de estos hombres guapos que son como usted y como yo, buenmozos sin afectaciones, hombres de la calle
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