domingo, 19 de febrero de 2012

Herramientas del placer mayor

Podemos decir que nos fijamos en la cara, que lo primero que vemos son los pies, que nos encantan las axilas. Que, en realidad, no nos importa el tamaño, que lo que importa en un hombre es todo lo que ofrece su inteligencia y buen humor, que nunca hacemos nada si no tenemos un hombre con las manos impecables....podemos decir todo lo que queramos decir sobre los hombres. Pero, en algún momento hay que admitir que en un hombre, la mayoría de sus atributos, se reducen a esto: lo que guinda entre las piernas. Ese rico instrumento con el que alcanzamos cuotas imposibles de placer. Ese rico machete hirviendo que nos alegra la vista, la boca, el gusto y el tacto. Todo lo demás, puede que sea verdad; pero, estemos claros en que no hay nada que se compare al gusto de un buen guevo....nada.

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