Probablemente, una de las razones para mi afición al sexo con hombres (suena bien decirlo así, no?) reside en las muchas veces que presencié pajazos colectivos, pajazos en pareja o individuales, cuando era niño. Pertenezco a una familia inmensa, formada en su mayoría por hombres. Mis primos, que pasan de 80, completan entre si varias generaciones, ya que sus padres y los mios, se casaron y descasaron varias veces. Yo estoy en el grupo de los "del medio" y siempre tuve como 10 o 12 primos que eran algunos años mayores que yo, y les encantaba mostrar lo que tenían. Recuerdo en particular a Iván (hoy un señor gordo de casi sesenta años). Iván, tenía como unos 16 o 17 cuando yo tenia 11, y era uno de los primos que veía con más frecuencia, sobre todo en los viajes a la hacienda de la familia o a la casa de la playa. Era un tipo bastante morboso, que (yo creo) le encantaba presumir de, lo que ya en esa época, era un guevo respetable. Tan pronto como nos quedábamos solos o desaparecía de la vista la vigilancia de los adultos, Ivan comenzaba a sobarse y agarrarse el paquetón y en pocos segundos, lo tenía afuera, lubricado y listo para una buena paja. Podían estar tres o cuatro de sus contemporáneos (quienes normalmente lo seguían para convertir aquello en una fiesta de leche) y ninguno se inmutaba ante mi presencia. Al contrario, me animaban a que intentara lo mismo, cosa que yo hacia con poco éxito dada mi edad y mi escaso nivel de desarrollo para ese entonces. Algunas veces, sin embargo, Ivan lo hacia sólo conmigo. Buscaba la manera de quedarse a solas en mi presencia y se daba unos pajazos de concurso, blandiendo y estrujando aquel machete en todas posiciones muy cerca de mi cuerpo e incluso de mi boca. Nunca me pidió que le hiciera nada y recuerdo que alguna vez, lo máximo que hice, fue agarrarlo y moverlo un poquito con bastante inexperiencia. Eran encuentros que me fascinaban y que nunca se comentaron. Siempre pienso que Ivan fue mi maestro de pajas y se lo agradezco mucho. A veces, cuando pienso en eso, me gustaría saber como siguió su exhibicionismo, pero jamás he tenido valor para hablar del tema.
Nada...son recuerdos que según se miren, traen nostalgias de tiempos mejores o escenas escabrosas. Yo, sinceramente agradezco haberlo vivido. Fue mucho lo que aprendí en esos encuentros de familia.




