No se si a todos los hombres les pasa lo mismo; pero, aunque disfruto muchísimo esos pajazos ricos que algunos días me corro en la soledad de mi habitación o ante la vista de quienes, como yo, se gozan los "numeritos" que otros montan en ciertos lugares para ponerlo a millón a uno; lo que no puedo y eso que lo he intentado mucho, es disfrutar las manos de otro ocupándose de dármela. Me gusta el juego, es decir, me gusta mucho que en el encuentro con un macho pongamos esos bichos a valer, dándonos duro el uno al otro; pero, para lograr un final al que llamemos "honroso"...siempre me basto sólo, y vaya que he intentado dejar eso en ciertas manos muy laboriosas que he conseguido en mi vida...
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