viernes, 21 de marzo de 2014

El aroma del placer

 
Soy extremadamente olfativo, la mayoría de los grandes momentos de placer los "huelo" antes de disfrutarlos plenamente de otras formas; por eso, mi nariz suele posarse en el lugar donde realmente se concentran todos los aromas del hombre: en medio del vello que cubre sus pingas paradísimas o en los pliegues de piel que lo rodean (cuando no hay vello, cosa cada vez más frecuente) es la mejor forma de empezar a gozar de lo que viene, con la nariz...



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